Desde el entrenamiento de base cognitiva entendemos que el aprendizaje es activo y sucede porque el individuo trata activamente de comprender lo que se le pide, así, el conocimiento se basa en esquemas mentales y no en meras asociaciones.
Creemos en el trabajo entre la emoción y la cognición, tan importante como lo que le enseñemos al perro es en QUÉ emoción lo aprenda, y así os enseñamos a como relacionaros con vuestro perro, desde las emociones, que la mayoría de las veces olvidamos.
El entrenamiento debe ser divertido, y como siempre os cuento y trabajamos en las clases, debemos ser un referente para nuestro perro, y ese referente ha de ser coherente, confiable, calmado, creíble y capaz.
Trabajamos para que al final de nuestro trabajo juntos tengáis todas las herramientas posibles para resolver cualquier situación y trabajar en el día a día en ese Binomio Perro/ Guía.
El aprendizaje lo planteamos como una intención activa de comprender el ambiente, y en el uso del conocimiento previo para comprender nuevas situaciones, de esta forma creemos en que hay que dotar al perro de herramientas emocionales para poder gestionar todo tipo de situaciones, lo que resulta en un individuo estable.
Debemos tener en cuenta siempre la circunstancia de cada individuo, y lo que buscamos es hacer relaciones colaborativas entre perro y guía, para que estas relaciones funcionen cada uno tiene que tener su función.
La ausencia de una estructura en la que existen pautas coherentes suele traer problemas de conducta; normalmente la solución está en la propia relación social, por ello, actuar sobre la conducta sin tener en cuenta el origen del problema hace que el trabajo fracase.
Conocer comportamientos y emociones sociales que vienen de serie en nuestros perros nos ayudará a optimizar los procesos cognitivos y emocionales de nuestras mascotas y nos ayudará a respetarlo como individuo.
Nuestra misión como guías o educadores es proporcionar interacciones sociales productivas que faciliten una relación feliz .
En definitiva nuestra misión es formaros para que entendáis como funciona la cabeza de un perro, sepáis leer las señales e interpretar el por qué de ciertos comportamientos para poder reconducirlos hacia algo productivo para la relación, de manera que construimos una relación sana feliz.
Trabajando con nuestro perro reforzamos vínculo y autoridad a la par, y como nunca me canso de repetir, CUANTO MÁS CONTROL TENEMOS SOBRE NUESTRO PERRO, MÁS LIBERTAD PODREMOS DARLE.